martes, abril 07, 2009

El cerebro de los hombres

A veces creo que cuando se comenta que el hombre, referido al género masculino, tiene problemas para decidir dónde está ubicado su cerebro, si en la cabeza o en la bisectriz de su cuerpo, no deja de ser un mito que en ocasiones, sólo en ocasiones, es cierto.
Tras un ligero encontronazo con un transeúnte con prisa en la cada vez menos interesante Gran Vía madrileña, me he fijado en la calva prominente del individuo que me acababa de golpear por la espalda. No porque me atraigan las calvas ni los transeúntes con prisas, sino por el tatuaje que el susodicho llevaba en su explanada cerebral. Iba dos pasos detrás de él, pero ayudado por la diferencia de estatura, he podido enfocar perfectamente su calva y su tatuaje. Y en su calva, aparecía un pene. El dibujo de un pene, siendo preciso, y regularmente tatuado, siendo sincero. Como estos tatuajes de marineros con sus Amor de Madre o Manolita me espera. Como aquellos garabatos de rabos adolescentes que hacíamos en el colegio, demostrando nuestras dotes artísticas y la representación gráfica de nuestra revolución hormonal. Y desde aquí puedo asegurar, con la sabiduría y el criterio que da la edad, que estaban mucho mejor dibujados que semejante destrozo.
Las preguntas que se me han venido a la mente agolpándose no han sido nada ingeniosas: ¿En qué coño estará pensando? ¿Qué se le pasará por la cabeza? ¿Utilizará peine para el pene o pene para el peine? ¿Sería una venganza de algún enemigo en un presidiario? ¿Le dijeron que le dibujaban un dragón milenario en su enorme calva y le traicionaron con un pene humanoide, como a aquél que aparentemente le escribían su nombre en chino en el antebrazo curtido en el gimnasio, cuando en realidad ponía tallarines tres delicias? ¿Estará rodeado de mentirosos en su vida que nunca le dirán la verdad y le alabarán su buen gusto con la maravilla de delfín que nada en su cabeza? ¿Irá a la peluquería a teñirse las laderas del capullo? ¿El tatuador le cobraría con total profesionalidad y frialdad el trabajo realizado?

¿Estamos todos locos?

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