¿Podemos?

Somos la subvención necesaria para las cacerías de los señoritos, para los cortijos de los del bigote engominado, para las bodas de estirpe divina, para las emisiones en la radio de los avispos, para los viajes operísticos a París de la dama de honor, para las puñeteras Olimpiadas, para las obras en la corte del faraón, para la laca de la esperanza que contamina las siete estrellas de la galaxia, para comprar más parquímetros trucados, ... tanta crisis y nadie se da cuenta de que el problema somos nosotros.