Va por ti y por la dignidad que ha demostrado tu familia en mitad de la tormenta y el circo creado a tu alrededor. Qué tristeza de Ratzinger y su Vaticano, tan cerca de su Dios y tan lejos de los hombres. Qué tristeza. No mentaré el nombre del dictador jurásico con botox en las meninges, con una rata injertada en la cabeza que le sirve de cerebro y cuyo nombre rima con cabroni.
Este era el sorprendente e improvisado texto que se pretendía aprobar hoy en el Parlamento italiano: "A la espera de la aprobación de una completa y orgánica disciplina legislativa en materia del fin de la vida, la alimentación y la hidratación, en cuanto formas de ayuda vital y fisiológicamente indicadas para aliviar el sufrimiento, no pueden en ningún caso ser rechazadas por los sujetos afectados ni por quien asista a sujetos que no pueden valerse por sí mismos".
Esta canción va para ti, aunque sea en la contradicción que la extrañeza de la distancia y la cercanía de una historia ajena pero conmovedora pueden provocar.
She's only happy in the sun
martes, febrero 10, 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario