Una semana casi en Barcelona. Una semana con Tom Waits, Bruce Springsteen y unomismo. Una semana en que a uno le han llamado freak, español, loco, ... y, supongo, que en alguna de las ocasiones con razón.
Barcelona es diferente. Es incluso diferente a sí misma. Barcelona no te atrapa como otras ciudades, pero te deja disfrutarla, olerla, tocarla. No te va a dar una señal luminosa con un adelante, pero tampoco te dirá fuera. Dependerá de ti, de cómo logres sentirte en ella. Yo me siento bien. Con su sol y su humedad, su europeísmo y su provincianismo, su mar y su tierra, su independencia y su españolidad subliminal, sus gentes y sus animales, su lengua y su cuerpo, su magia y su suciedad, sus tirantes y sus corsés. Otra gran ciudad bandera sumida en sus propias contradicciones y lucha de intereses. Barcelona, Barselouna, Barselona.
Mi momento favorito de la semana (además de los conciertos y los reencuentros) fue en el Nou Camp, con uno de los porteros del campo que aguantaba pacientemente las hordas de gentes que iban a ver a Bruce Springsteen. El problema no eran las hordas, ya que él estaba acostumbrado a tratar con miles de culés cada domingo que van a ver a su Barça, sino la desubicación personal. Allí estaba el con su gorra, su pelo canoso, sus arrugas y su cigarro amarrado a la comisura de los labios y un gesto de amabilidad absoluta. Me cortó la entrada y se dio cuenta de que no debía entrar por allí, su gesto de contrariedad vino acompañado de un "hostia neng que me he equivocado" maravilloso que aún resuena. Me cogió del brazo y me acompañó a otra puerta mientras hablábamos de fútbol y demás estupideces. Genial tipo.
El ambiente dentro del Nou Camp, de 10.... de 10th avenue freeze-out
Tenth Ave Freeze-Out,Barcelona 20-7. from Willem on Vimeo.
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