Cadena de locos

Madrid, Agosto, Paseo de la Castellana, 3 de la tarde, 38ºc.
Una mujer camina hablando voz en grito, dando indicaciones para una supuesta reforma en un piso por la zona de Francos Rodríguez. Como vivimos en el siglo XXI, la escena puede pertenecer perfectamente a una mujer en la vanguardia de la tecnología de las comunicaciones con un micro móvil implantado en la oreja, por lo que nadie parece sorprenderse.
La mujer continúa con su retahíla de conversaciones entrelazadas consigo misma. Poco después estaba opinando sobre la política exterior de Francia y sus colonias. Fascinante.
Otra mujer, más joven, observa con atención a la primera mujer. Según la escucha, gesticula, sonríe, hace aspavientos y casi pide participar en el monólogo de la primera.

¿Qué hará que una persona se olvide de sus quehaceres y sus propios problemas para centrarse en la vida de otra persona? Un gran misterio sociológico desde luego.

El único cuerdo de la parada de autobús sigue con su vida y problemas y escribe horas más tarde sobre la situación.