Hacia tierras salvajes

Basada en hechos reales; aunque esto no siempre sea garantía de una buena historia. Sí lo es en este caso, donde es fácil dejarse llevar por las andanzas de Christopher McCandless por el territorio de Estados Unidos buscando un supuesto ser interior. Camino que le lleva hasta la inhóspita, bella y salvaje Alaska, lugar donde encuentra su destino con mayúsculas y punto final.

Se puede entender, o no, el planteamiento de vida que tuvo en su momento y su actitud, pero no se puede negar que vivió una historia apasionante. Un personaje que buscó la esencia del ser humano a través del contacto con la naturaleza, los recursos básicos que el hombre puede obtener de ella y de encuentros con algunos personajes ajenos en su mayoría al ritmo de vida de la sociedad occidental.

En muchos momentos de la película, debido a la preciosa fotografía de Sean Penn y los paralelismos de los personajes y su viaje hacia el interior, venía a la memoria "A straight story" de David Lynch. Dos películas que tienen en común a dos personajes que intentan encontrar sentido a su existencia en un caso, y buscar su perdón en otro. Con el punto común de tratarse de viajes a través de los maravillosos paisajes que ofrece ese fascinante y contradictorio país que es Estados Unidos, sus gentes y sendos procesos personales llenos de valentía e inconsciencia.

Otra coincidencia reseñable es la maravillosa música de las dos películas. En ésta, Eddie Vedder pone voz a las reflexiones del personaje durante su búsqueda. En la otra Angelo Badalamenti servía de combustible al viejo Alvin Straight.