viernes, mayo 29, 2009

Silencio. Habla la belleza




Gracias Galarth

domingo, mayo 17, 2009

Viceversa

Una atractiva mujer de unos 80 años paseaba con una amiga por el Paseo del Pintor Rosales, precioso estos días en los que Madrid absorbe la mejor luz del sol. Caminaban firmes y a buen ritmo comentando sus avatares diarios (ya casi centenarios). La primera, la que hablaba más y con mayor dulzura, le dijo a su amiga: "estoy plenamente enamorada de ese hombre. Me ha conquistado por completo". Sin darme tiempo a disfrutar de tan bello manifiesto robado sin su consentimiento, cuan periodista del corazón, volví a prestar atención a dos jóvenes de no más de 20 años que caminaban a pocos metros de las primeras mujeres. En este caso, una de ellas, la que gritaba más y hablaba aún peor, le decía a su amiga: "estoy hasta la po... (no logré entender la siguiente sílaba por completo) de los hombres, pero hasta la mismísima po... (nuevamente imperceptible)".

Hoy nos ha dejado Mario Benedetti. Las palabras están tristes porque muchas no volverán a reunirse como solían ayudadas por él. No dejes de escribir maestro.

Viceversa
Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte.
Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte.
o sea,
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.
-Mario Benedetti-

miércoles, mayo 13, 2009

martes, mayo 05, 2009

Mexico

Va por ti Mexico. Para curar la enfermedad contagiosa más peligrosa del ser humano: la idiotez.

Lila Downs-Paloma negra


Pearl Jam - Está bien, tú no te tienes que esconder

viernes, mayo 01, 2009

Desubica dos

Hans J. Massaquoi tuvo la mala suerte de nacer en la Alemania del emergente nazismo con una característica diferencial que le impidió conjugar sus deseos con la realidad. Fascinado por la figura del carismático Adolf Hitler, como tantos otros jóvenes incautos alemanes, intentó ingresar en las juventudes hitlerianas que se mostraban orgullosas como la savia nueva para perpetuar el terrorífico plan que llevaba a cabo semejante personaje.
El problema que tenía el bueno e inocente de Hans era que su padre era liberiano y su madre alemana, lo que unido a los caprichos cromosomáticos hizo que su piel fuera negra. Lo curioso del caso es que le costó mucho tiempo, y muchos disgustos, entender que su color de piel le impedía cumplir una de las bases del nazismo, que era la supuesta pureza de la sangre y otras idioteces más relacionadas con la supremacía de una razas sobre otras. Otro dato sorprendente del caso es que logró escabullirse de las redadas, castigos y demás acciones represivas del régimen. Fue considerado un ciudadano de segunda clase y fue motivo de burlas ocasionales, pero ese dato, como comentan en muchos artículos referidos al caso, era una suerte en aquéllos tiempos.
Todo recogido en: "Testigo de raza: un negro en la Alemania nazi" de Hans J. Massaquoi, escrito en su residencia de Nueva York.


Salif Keita nació en Malí dentro del seno de una familia de linaje real aunque humilde por el devenir de la historia. Lo que parecía ser una bendición en una tierra donde las oportunidades no son democráticas normalmente, resultó ser un ancla vital.
Salif nació albino y ese pequeño detalle, en la cultura mandinga, es signo de mal fario y fatalidad. Por este motivo, los habitantes de su pueblo exigían su sacrificio y escupían a su paso. Gracias, en parte, a la posición social de su familia pudo evitar la muerte a manos de los fanáticos de la brujería y la superstición. Además de albino en el África negra, Salif tenía problemas de visión... y una voz divina.
Para evitar su muerte, la familia le invitó a trabajar como lazarillo de una anciana ciega del pueblo que purificaría su imagen maldita. Al mismo tiempo, la carrera musical que intentaba desarrollar por su extrema sensibilidad, estaba reñida con esa misma sangre de estirpe divina que evitó su muerte en ocasiones, la cual impedía que se dedicara a la música. Tras años de oscuridad y lucha interna y externa, Salif se armó de valor y se fue de su tierra para dedicarse a su pasión.

Muchos años después regresó como uno de los artistas más importantes de África.