(*) Adaptación de saldo del stream of consciousness de James Joyce utilizado espléndidamente en su Ulises particular.
El sordomudo se desesperaba sin poder gritar, golpeaba el cajero intentando obtener respuestas, gesticulaba con violencia pretendiendo que una máquina se articulara. La máquina sólo escupió un papelito en blanco y su pantalla mostraba un mensaje que decía: error de comunicación. La bella mujer despotricaba contra Cataluña como ente unificado devorador de identidades ajenas, separatista, egoísta y demás istas. Su discurso monológico, efectivamente, se desvanecía con sus prejucios. A dónde llegaremos con los regionalismos baratos. Que se paren los que separen, no que separen los que se paran. Finalmente, los que decían tener la razón, nunca dejaron de tenerla. Nos hemos convertido en los mismos gilipollas que criticábamos hace 15 años. Ahora resulta que el amor es una consecuencia. Dicen. El cajero volvió a funcionar.
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