Tan queridos y tan denostados en su momento. Con un Bunbury que supo renacer y crear una carrera en solitario maravillosa, para volver más tarde a resucitar a su grupo de los noventies (¿con sentido?). Con todas las contradicciones de sus letras y actitudes, con su pasión y sus exageraciones, con su solemnidad y su ridiculez. Y con unas canciones que muchos tenemos en el raquis grabadas y que al volverlas a escuchar, fluyen directamente, sin saber aún a qué coño le cantaba este hombre en muchas de ellas.
Mañana, 10 de octubre de 2007, será un reencuentro para mucha gente con su vida de hace 10 ó 15 años.
Sirena varada
Probablemente, una de sus mejores canciones y un horrible videoclip más
Deshacer el mundo
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