miércoles, septiembre 23, 2009

Madridos

Transportes públicos, esos lugares cotidianos llenos de pequeñas historias diarias. Siempre recurro al metro y a los autobuses y sus aledaños para encontrar historias. Esta tarde iba intentando leer el periódico en un breve trayecto de dos paradas. Dentro del vagón, dos chavales escuchando música rap en su móvil de ultimísima generación, los cuales permiten martirizar a todo el mundo sin necesidad de pensar. Esto, por desgracia, entre los botarates no es novedad. La sorpresa viene cuando me fijo en la camiseta del torturador y lleva una inscripción que dice: "respect". Me imagino, porque tengo mucha imaginación, que si en vez de gastarse los 200 ò 300€ que le habrá costado la herramienta distorsionadora de sonidos hubiera hecho un curso intensivo de 10 minutos de inglés, sabría lo que significa su camiseta.

A unos cinco metros del respetuoso, un hombre maduro (físicamente se sobreentiende), ha puesto también su cacharrito en funcionamiento para contrarrestar el rap de los otros. Típica reacción de macho alfa. El ha elegido una bella canción de rock urbano en castellano que clamaba contra todo pidiendo derechos para todos, libertades y legalizaciones varias. Los tres individuos respetándose mutuamente con sus ruidos, y entre medias, gentuza cansada que pretende molestar a los demás con su lectura.

El perro de un invidente intentaba explicarle a su dueño lo que ocurría a su alrededor.



Pasando por cualquiera de los puentes que cruzan la M-30, suele ocurrir que uno se queda unos instantes mirando a los coches que van y vienen haciendo adelantamientos y maniobras imposibles. Hoy, mientras veía con interés uno de los símbolos de las grandes ciudades, he visto como dos policías motorizados perseguían a un chucho que, probablemente huyendo de su dueño, iba caminando algo despistado por el arcén pudiendo crear una situación de peligro en cualquier momento. Todo un despliegue de luces azuladas ibas tras el perro en sentido contrario al resto de vehículos en una imagen curiosa. ¿Los comentarios de los sorprendidos conductores? De todos los gustos: "ahí va el perro de ZP con escolta", "que le multen", "los perros sí y las bicicletas y los camiones no?, ¡¡¡a la mierda hombre!!!" , "¿así es cómo se invierte el dinero que se sale de mis impuestos?", "venga a tomar por culo ya con el puto perrito"...

Ingenuamente me preguntaba si los policías no podrían perseguir a todos los humanos que ladran cada día desde sus vehículos, expulsando bilis y microorganismos negros. Individuos que piden con énfasis sesiones de sodomía gratuitas al resto de conciudadanos, acordándose permanentemente de todas las madres de los madrileños de cualquier lugar.

Qué ciudad. Que vivan los perros carajo.

5 comentarios:

  1. Anónimo16:44

    Perra vida esta.

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  2. Laura Siete23:01

    :) A veces me olvido de leerte. Y cuando vuelvo a tu blog tengo esa estupenda sensación de reencontrar las cosas que creías perdidas. Un beso, me encanta leerte. Eres genial.

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  3. A mí también me gusta leerte por aquí o por acuyá... Besos

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  4. Siento hacer publi del blog, pero una vez habé de algo parecido:

    http://linoleo.wordpress.com/2007/08/16/nuevas-bestias/


    Un saludo

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  5. Jose17:12

    Sí,sí, lo recuerdo. También he escrito varias veces sobre el metro en el blog. Me asquea y fascina al mismo tiempo. Es un recurso inagotable de historias el puñetero metro. Abrazos

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