Una copa de buen vino antes de acostarse. Arroparse con alguna vieja manta. Intentar dormir en paz sin imágenes en blanco y negro. Amanecer con un sol discreto. Oler el perfume natural de un limonero. Tal vez una conversación interesante, de ser humano a ser humano. Comer el menú del día. Una buena película. Acariciar a un perro sin pedigrí. Besar.
¿Y el sentido? De eso se trata, de encontrarle un sentido a todo.
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